Casi cuarenta obras de Miquel Navarro, parte de las cuales forman parte del patrimonio de la Fundació Miquel Navarro de la Comunidad Valenciana, componen la muestra “Metrópolis lunar”, que ayer se inauguró en el Museo Goya de Zaragoza y que se podrá visitar hasta el próximo 22 de diciembre.
La dualidad simbólica entre lo espiritual y lo terrenal centra esta exposición, que recorre el universo más personal de Navarro desde los años 70, a través de torres, lunas referencias a culturas antiguas y a conceptos universales como el poder, la fragilidad o el misterio.
En este sentido, la comisaria de “Metrópolis lunar”, Lola Durán, destaca la presencia de la luna como “metáfora de lo inalcanzable que ilumina las sombras de la existencia”.
En su conjunto, la muestra, que incluye algunas piezas inéditas, es una reflexión sobre la existencia de la memoria y el paso del tiempo. También es un reflejo de la dualidad entre lo urbano y lo rural en la vida de Miquel Navarro: desde la infancia en Mislata, un municipio entonces rodeado de huerta, hasta las influencias más claras del crecimiento industrial con las fábricas y los trenes.
Estos contrastes en la obra de Navarro “se convierten en diálogos entre lo íntimo y lo monumental, lo ancestral y lo contemporáneo, un diálogo entre lo que se muestra y lo que se esconde, y también entre lo terrenal y lo espiritual”.
La muestra en el Museo Goya se complementará con la exhibición de tres mini ciudades en el espacio Mobility City de la Fundación Ibercaja.
Foto: Museo Goya